El monumento fue encargado por la gobernadora Paulina Mejía de Castro Monsalvo a Rodrigo Arenas Betancur para conmemorar a uno de los vallenatos más queridos: el Doctor Alfonso López Pumarejo, quien llegó a ser uno de los más destacados presidentes de la República de Colombia.
Su primer gobierno en 1934, considerado por analistas e historiadores como el más progresista de Colombia durante el siglo XX, se centraba en las transformaciones de la política agrícola e industrial del país; en el régimen laboral, tributario y judicial; y en la educación universitaria.
El lema principal de su programa político ––llamado «la revolución en marcha»––, el que da nombre a este monumento, tenía como prioridad la modernización del país y su ingreso en el ámbito de la economía capitalista. Permitió que Valledupar conociera un tiempo de esplendor y que pasara de una remota aldea a una ciudad con un futuro prometedor.
Al otro extremo de la plaza se encuentra el escenario en el que se desarrollan gran parte de los eventos de la ciudad. Un contraste entre protagonismo y simbolismo, monumento conmemorativo y monumento frecuentemente utilizado.
Así pues, se respira en la plaza Alfonso López los aires de una época en la cual Valledupar pasó a ser una ciudad con proyección, una ciudad dispuesta a abrazar la revolución del modernismo.
1 comentarios:
Gracias Señor Daniel Carrillo por su información, me sirvió mucho para mi documentación de todos los monumentos de la Ciudad.
Publicar un comentario